Malala, Kakoli, Saiyada, Helena, Rinku, Aleya y otras cientos de mujeres son víctimas cada año de ataques con ácido. Una agresión de lo más cobarde, basta con una pequeña cantidad para desfigurar, mutilar e incluso asesinar a una persona. El ácido se emplea como arma contra mujeres que rechazan ofertas de matrimonio o proposiciones sexuales o simplemente como venganza hacia la familia.
Saira Liaqat, superviviente a un ataque con ácido, en Islamabad. (EFE) |
Pakistán, Bangladesh, India, Colombia, Camboya son los países donde este tipo de violencia especialmente cruel está más extendido.
Asociaciones como Acid Survivors Foundation (http://www.acidsurvivors.org/) tratan de devolverles su cuerpo y su vida.
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