viernes, 3 de junio de 2011

Las clavijas de Cotatuero


Las clavijas de Cotatuero fueron instaladas por dos herreros de Torla, un pueblo situado a los pies del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido en el Pirineo Aragonés, Bartolomé Lafuente y Miguel Bringola en 1881 a petición de un cazador inglés, que quería acceder rápidamente a los prados de Cotatuero para cazar. Sin embargo las clavijas quedaron ahí y el cazador no pudo utilizarlas pues tuvo que marcharse a su país. Fueron los primeros pirineistas quienes les dieron mejor uso, popularizándolas con el tiempo entre todo tipo de excursionistas.
Re-equipadas recientemente con una sirga de seguridad instalada a lo largo de todo el recorrido, son ahora un poco menos temibles y más accesibles, sin perder un ápice de autenticidad, pues lo mejor es el abrupto paisaje del Circo de Cotatuero y su gran cascada.
Las clavijas en si, se recorren rápidamente, primero por una canal vertical, sin cable de seguridad. Luego por una travesía larga a la derecha que nos aproxima a la cascada. El paso más comprometido se encuentra en la mitad de la travesía cuando subimos por tres o cuatro clavijas. El equipamiento termina de golpe y ascendemos a pie hasta el salto de la cascada del Cotatuero, ya en un extenso prado de alta montaña.
No tienen una gran dificultad técnica, la principal dificultad radica en un par de tramos bastante expuestos en los que el vértigo te puede echar para atrás.
Actualmente no son tan populares como las clavijas de Soaso en el Valle de Ordesa pero si que están muy frecuentadas pues dan acceso al Circo de Cotatuero desde donde se pueden realizar varias rutas.




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