No tienes derecho a dejar de tirar para adelante, no, no lo tienes. No tienes derecho a quejarte. Tu no, niño pijo. Deja de mirarte el ombligo. No tienes derecho a lloriquear por nimiedades. No. ¿Y sabes por qué? Porque en esencia lo tienes todo. Tienes techo, cama, comida y un futuro que solo depende de ti. Tienes gente que te cuida, que te protege, que te quiere. Familia, amigos y conocidos.
Pues eso, mira al frente y camina.
Pues eso, mira al frente y camina.